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viernes, 20 de enero de 2012

Calendario "Hombres por la Igualdad 2012"

El Módulo Psicosocial de Deusto-San Ignacio, dentro de su trabajo de sensibilización a favor de la igualdad y de prevención de la violencia machista, ha elaborado en colaboración con la Asociación de Hombres por la Igualdad de Bilbao, Piper Txuriak, un calendario 2012 para implicar a la población masculina contra el machismo. La iniciativa cuenta con el apoyo de la Dirección de Atención a Víctimas de Violencia de Género del Gobierno vasco y de la BBK.

El calendario se compone de una serie de fotos (realizadas por Guillermo Casas) de los integrantes de Piper Txuriak en actitudes que visibilizan otra forma de ser hombres: hombres que se implican en las tareas de limpieza, cuidados y crianza, hombres cariñosos, conectados con sus emociones, y comprometidos activamente a favor de la igualdad. En cada mes se añade una reflexión, como “Sáltate los roles”, “Cuidar la vida y sostenerla también es cosa de hombres” o “Sentir nos hace hombres”.

Pueden acceder al calendario completo haciendo clic en este enlace.

martes, 17 de enero de 2012

La falta de presupuesto es un obstáculo para investigar el feminicidio en Guatemala

Por falta de presupuesto, son las instituciones como la Comisión Presidencial contra el feminicidio quienes analizan los asesinatos dolosos de mujeres en Guatemala, donde solo en 2011 fueron asesinadas 706 mujeres.
 
Según las autoridades guatemaltecas, de los asesinatos registrados en los últimos cinco años (que se calcula ascienden a cinco mil), el 97 por ciento permanece impune. Un monitoreo mediático realizado por la Agencia Cerigua destacó que durante 2011 y por primera vez, se pudieron clasificar 60 asesinatos dolosos contra mujeres perpetrados por el crimen organizado, los demás casos corresponden a mujeres jóvenes asesinadas durante asaltos, ataques armados y secuestros, entre otros contextos.

Sin embargo, el monitoreo destaca que en un elevado porcentaje se desconocen los motivos o las causas que originan los asesinatos de las guatemaltecas. Durante el periodo de 2000 a 2008 el número de casos contabilizados por las autoridades judiciales fueron en aumento; en 2009, el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) contabilizó 708; en 2010, fueron 680 casos y el año pasado el listado incluye a 706 niñas y mujeres. 

Falta de coordinación entre las Instituciones
 
Alba Trejo, comisionada contra el feminicidio, dijo a Cerigua que pocas son las instituciones del Estado que analizan el fenómeno o las características y causas de los asesinatos de mujeres a escala nacional. Por ello la entidad que representa evalúa expedientes obtenidos de los juzgados y fiscalías en algunos departamentos.
De esa manera, la Comisión logró determinar que en Escuintla, el segundo departamento con el mayor índice de muertes violentas de mujeres, será difícil que se investigue un caso de feminicidio, debido al machismo, a la desigualdad social y económica, a la pérdida de valores, a la falta de empleo y a la escasa conciencia sobre la importancia de la denuncia que impera en la sociedad. 

Los responsables de la atención a las familias de las víctimas y a las propias victimas supervivientes de la violencia machista son hombres, que aseguran estar preparados por haber recibido formación sobre género, sin embargo, eso no garantiza la transformación del sistema, aseguró Trejo. Otro de los principales hallazgos de la Comisión contra el feminicidio, se centra en la falta de coordinación entre el INACIF, el Ministerio Público (MP) y el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), entidad que desempeña un papel fundamental en los casos de violación. 

Leonor Calderón, directora del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), en Guatemala, aseguró que el feminicidio no sólo se produce cuando los esposos asesinan a sus parejas tras una vida de maltratos, insultos y desprecios; la mayoría de las muertes se dan en un contexto de relaciones desiguales de poder entre los sexos. 

(Redacción, Ameco Press)

lunes, 2 de enero de 2012

Periodismo a vida o muerte

Tres mujeres valientes. Tres reporteras de El Diario de Ciudad Juárez –Rocío Gallegos, Luz del Carmen Sosa y Sandra Rodríguez– han revolucionado junto con otros colegas el periodismo mexicano, el periodismo de periodistas, no de empresarios. En Ciudad Juárez, el territorio del feminicidio, el gran escenario del crimen de México.

“Es fea la zozobra que sientes cuando a la mañana siguiente piensas que saldrá la edición impresa y no sabes que te puede pasar horas después”, dice Lucy Sosa, reportera como se dice aquí de la “fuente policiaca”. Heredó el puesto de un compañero asesinado, Armando Rodríguez. Amenazado en febrero de 2008, muerto en noviembre de ese año. Sosa ha llegado a cubrir 20 asesinatos entre las siete de la mañana y las tres de la tarde de un día, tres funerales en otra jornada cualquiera.

“Muchas veces los sicarios rondan la escena del crimen y piden a los fotógrafos que hagan zoom sobre los cadáveres para asegurarse de que el enemigo está muerto”, cuenta Sandra Rodríguez. “Soy pesimista sobre las medidas de protección”, añade, “un chaleco antibalas no para unos cuernos de chivo (un fusil de asalto AK 47)”.

“Dicen que somos corresponsales de guerra. No es así. Nosotras no sabemos quién lucha contra quién ni dónde está el frente”, dice Rocío Gallegos, que coordina al equipo de 14 reporteros del diario. “Un día mi familia me sentó en el salón de mi casa y me dijo: estamos en riesgo por ti pero estamos contigo”, continúa. “En la redacción hay momentos de llanto inexplicable y también de choques, de peleas entre nosotros”.

La violencia estalló de forma incontrolable en Ciudad Juárez a comienzos de 2008. El cartel de Sinaloa, que dirige Joaquín, el Chapo, Guzmán, comenzó a disputar la plaza al cartel de Juárez. Nueve mil muertos en el Estado de Chihuahua (norte de México) en tres años, 6.000 en Ciudad Juárez, de 1,3 millones de habitantes. Solo un 3% de los casos ha sido investigado. Matar no parece tener consecuencias en esta parte del mundo.

En septiembre de 2010 fue asesinado otro periodista del diario, Luis Carlos Santiago. Su muerte motivó un editorial, titulado ¿Qué quieren de nosotros? el día 16 de ese mes. Un grito de impotencia y una llamada de auxilio frente al narco que dio la vuelta al mundo.

La violencia cambió la forma de hacer periodismo, las fuentes se secaron por miedo. Se sacrificaron la exclusividad y las firmas. Publicar este vídeo o aquella pancarta era de alto riesgo. Como lo era levantar el teléfono. Se decidió trabajar en equipo con la competencia.  Reporteros y fotógrafos llegan juntos al lugar del crimen y se retiran juntos.

Decidieron seguir adelante convencidas de que “el mejor blindaje es seguir investigando” qué hay detrás de los homicidios pese a que las autoridades negaran el acceso a la información, los militares no reconocieran las credenciales de prensa y las compañías de seguros arrastraran los pies a la hora de dar cobertura a los reporteros. Crearon un banco de datos de los asesinatos: la violencia se concentra en las zonas más pobres de la ciudad, la mayoría de las víctimas es menor de 25 años y las balas que matan son generalmente disparadas por AK-47. Su firmeza ha devuelto la confianza en la prensa a los habitantes de Ciudad Juárez. Las familias recurren a los periodistas para encontrar a su muertos, para buscar a sus desaparecidos.

El número de muertes ha descendido en los últimos meses. El Chapo ha ganado pero la impunidad se mantiene. ¿Por qué seguir entonces? “Llegué a Ciudad Juárez hace 21 años”, explica Rocío Gallegos, “y tengo el compromiso conmigo misma como periodista se contar lo que ocurre, quiero que mis hijos crezcan en una ciudad mejor”. Sandra Rodríguez, que en febrero publicará Juárez, fábrica del crimen (Planeta), responde con pasión de periodista: “Mis compañeros de El Paso (Tejas), que es una ciudad muy segura, se vuelven locos para encontrar historias”.

(Luis Prados. El País)